La Vía Verde del Mar y el Desierto de las Palmas de Benicasim

Hace unos años, un ferrocarril recorría los municipios costeros de Benicasim y Oropesa, en Castellón. Hoy, esa antigua vía, se ha convertido en ‘La Vía Verde del Mar’, una senda acondicionada para ciclistas y peatones muy apreciada por los vecinos de la zona. De hecho, se ha convertido incluso en un reclamo turístico, entre otras cosas por sus vistas.

Entre la playa y la montaña, justo frente al mar, en un paraje único, el paseo permite durante menos de seis kilómetros disfrutar de lo mejor del Mediterráneo.

La Vía Verde (Foto de Viaje al Sol)

Hoy parece inverosímil, pero los antiguos convoyes circulaban por la zona, de indudable valor medioambiental y paisajístico con varios tramos con vistas directas al mar, a escasos metros del agua.

A mediados del siglo XIX se construyó la red del tren Valencia-Barcelona. Pero por entonces las vacaciones en la playa no eran una costumbre y no había conciencia medioambiental. Cuando llegaron tiempos modernos, la vía no estaba preparada para adaptarse y poco a poco perdió su importancia.

Las vías entonces acabaron convirtiéndose en un elemento extraño en medio de la naturaleza, más todavía cuando la modernización de la línea -que se trasladó a zonas interiores- dejó sin uso varios kilómetros.

No fue hasta 2008 cuando arrancaron los trabajos para acondicionar la zona, hoy ya erigida en un punto fundamental de los habitantes y visitantes de Benicasim y Oropesa.

Túneles y miradores 

El kilómetro cero de la Vía Verde arranca en un lugar mítico de Benicasim: el hotel Voramar, un edificio construido en los años 30 del siglo XX y que se encuentra justo a pie de playa, al lado de algunas de las villas -más bien pequeños palacetes rodeados de jardín- más nobles de la localidad. Por estas villas, junto al paseo, también estamos obligados a dar un paseo para disfrutar aún más si cabe de Benicasim.

Siguiendo la Vía Verde, dejamos atrás la playa y la arena y nos adentramos en la Sierra de Oropesa, en la parte que discurre junto al mar.

Túnel en la Vía Verde de Benicassim (Foto: Comunidad Valenciana)Debido a las montañas y a la complicada orografía, la construcción del ferrocarril obligó a levantar dos falsos túneles de pequeño tamaño. Entre ambos, existe la posibilidad de salir de la senda marcada para aproximarse a un mirador desde el que contemplar la costa de Castellón. Las vistas son impresionantes.

Nada más pasarlos se atraviesan las urbanizaciones de Les Platgetes y Torre Bellver. Una vez superadas, una zona de pinar marca el inicio de una fase del camino más agreste y natural.

Apenas se han recorrido dos kilómetros y la vía regresa una vez más al encuentro del mar, y tanto viandantes como ciclistas pueden observar los acantilados en el entorno de la Renegà, que alberga micorreservas naturales.

Calas

La zona de la Renegà es realmente un conjunto de pequeñas calas de roca y arena a partes iguales, rodeadas de vegetación y a las que se puede acceder desde la propia Vía Verde en caso de que el objetivo sea darse un chapuzón. Eso sí, con precaución. En la zona no hay socorristas.

Otro de los grandes atractivos de la ruta es la torre vigía de Colomera, declarada Bien de Interés Cultural y que se sitúa frente al Mediterráneo desde 1553. Se supone que desde esta torre -y otras cercanas- se vigilaba y defendía el litoral valenciano de los ataques piratas.

La senda incluye igualmente un paso por El Bovalar, un largo túnel de cerca de 600 metros iluminado artificialmente. Si caminamos o vamos en bici cuando está anocheciendo es recomendable llevar una linterna para alumbrar el camino.

Ya en el tramo final del recorrido, cuando se llega al casco urbano de Oropesa, viandantes y ciclistas pasan al lado del puerto deportivo, antes de llegar a la playa de la Concha, donde termina la que quizás es la Vía Verde más emblemática del Mediterráneo.

El Desierto de las Palmas

Si vamos por Benicasim, ya sea de excursión o unos días, y si tenemos tiempo, también recomendamos visitar el Desierto de las Palmas. Se trata de un paraje natural de más de 3.200 hectáreas. El entorno se encuentra aún así en estado de regeneración debido a un grave incendio que lo arrasó en 1992.

La presencia de la orden carmelita en el parque natural hace que allí haya dos importantes monumentos: el Monasterio antiguo, que está en ruinas y data del siglo XVII en adelante y el Monasterio nuevo, del siglo XVIII. También hay ruinas de castillos, ermitas…

Aparte de caminar, y de disfrutar de los miradores, en el Desierto de Las Palmas hay un restaurante (se llama restaurante Desierto de Las Palmas) situado sobre un alto desde el que podremos ver unas excelentes vistas del paraje.

El acceso al Desierto de las Palmas es muy sencillo, a través de la carretera CV-147 que se interna en el parque y a la que se puede llegar a partir de la AP-7 y la N-340 a la altura de Benicasim.

Arturo Carretero

Trabajando para Republica.com y dedicando parte de mi tiempo libre a Viajealsol.com. Amante de los viajes, los deportes y el ocio en general