Viaje organizado a Vietnam, Camboya y playas de Tailandia: pros, contras y consejos
Hace más de año y medio, en junio de 2017, tras casarnos, nos fuimos de viaje de luna de miel a Vietnam, Camboya y Tailandia (solo Phuket). Nunca hasta ese momento habíamos contratado un viaje organizado en el que nosotros no controlásemos casi todo. Como ya habréis leído por aquí, y como os pasa a muchos de vosotros, nos gusta comparar los vuelos, los hoteles, las rutas, etc, así que la situación era nueva para nosotros.
El caso es que entre trabajo, preparativos de boda y demás, decidimos que en esta ocasión queríamos despreocuparnos del todo. Fuimos a seis o siete agencias de viajes (Halcón, El Corte Inglés, Carrefour y otras más pequeñitas) y en todas, unas más y otras menos, nos ofrecieron un plan de viaje con unos precios desorbitados para lo que queríamos, que llegó casi a los 10.000 euros (precio final) en algún caso.
Así, pasamos al plan B, que era mirar agencias que trabajasen exclusivamente por internet. Miramos páginas web clásicas como Atrápalo, Logitravel, etc, que se alejaban mucho de lo que queríamos, y finalmente encontramos una, grandvoyage.com, que nos ofreció algo decente a un precio que consideramos más que correcto. Aquí os vamos a contar cómo contratamos el viaje, lo que nos costó y nuestra experiencia en general, con pros y contras, por si con esto podemos ayudar a alguien.
Tras contactar con la web por email, y más tarde por teléfono, elegimos el tour Vietnam de Norte a Sur y Camboya, al que añadimos la estancia en Phuket, con una duración de 19 días y 16 noches. En ese tiempo visitamos Hanoi (lugar en el que pasamos dos noches), la Bahía de Halong (una noche), Hoi An (dos noches), Hue (dos noches) y Saigón (dos noches) en Vietnam; Siem Reap en Camboya (tres noches) y Phuket en Tailandia (cuatro noches).
Hay muchas opciones de viaje por esos países y la cuestión es amoldarlas a lo que más nos guste y necesitemos dentro de nuestro presupuesto. En la agencia nos ayudaron en todo momento y nos dejaron añadir sin problemas los últimos días en Phuket, por ejemplo, cambiando el hotel, añadiendo opciones extra, etc.

Alojamiento
En lo que se refiere al alojamiento, nos hospedamos en hoteles de 3 y 4 estrellas durante todo el viaje, siendo el mejor el último de Phuket, ya que tenía playa privada y nuestra habitación disponía de jacuzzi y de una vistas que quitaban el hipo. De hecho, este último hotel fue uno de los cambios que hicimos en la agencia, ya que en principio teníamos asignado uno de 3 estrellas. Ese cambio, obviamente hizo que nos subiese ligeramente el precio, pero mereció mucho la pena.
Los hoteles en los que nos alojamos, por si queréis echar un vistazo, fueron los siguientes:
-Hanoi: Medallion Hotel 3* Superior
-Bahía de Halong: Junco Halong, Bai Tho Junk /Deluxe Junk
-Hoi An: Lotus Hoi An Hotel 3* Superior (con piscina)
-Hue: Moonlight Hotel Roh 4* (con piscina)
-Saigon: Northern Hotel 3*
-Siem Reap: Residence Blanc d’Angkor 3* (con piscina)
-Phuket: Cape Panwa 4* superior (con piscina). Originalmente teníamos asignado el hotel Sugar Marina Art 3* superior
Había unos hoteles de categoría superior pagando 500 euros más, pero tras mirar opiniones y ver que no íbamos a pasar mucho tiempo en los alojamientos (excepto Phuket), nos decantamos por la opción más económica y que, además, era muy buena. Todos los hoteles estaban limpios y la mayoría eran bastante nuevos. Incluso tuvimos la suerte de disfrutar de una habitación increíble en la Bahía de Halong, y con jacuzzi, porque el barco en el que íbamos a hacer el crucero se averió y nos metieron en uno superior.
Nuestro consejo de todas formas es que digáis siempre a la guía que os acompaña que es vuestra luna de miel (incluso si no lo es podéis decir que es vuestro aniversario de boda). Nosotros lo dijimos y en todos los hoteles tuvieron detalles con nosotros (vino, bombones, una tarta e incluso un baile de unos camareros con canción incluida). Y, por si fuera poco, en el barco de la Bahía de Halong nos dieron la habitación de jacuzzi (solo había dos) por ser recién casados, para envidia de los otros compañeros de viaje.

Guías, traslados, visados, comidas…
En cuanto a la atención por parte de los representantes de la agencia en el destino la nota sería un notable. En todos los aeropuertos a los que llegamos nos recibió un guía, que nos llevó hasta el hotel. Todos hablaban español y fueron muy amables con nosotros. Solo en el barco de la Bahía de Halong no había guía en habla hispana, pero la tripulación entiende muy bien el inglés y además, si no lo hablamos, vamos con un grupo de españoles en el que alguien seguro que domina el idioma.
Casi todos los traslados, para ir hacía el hotel, para las excursiones, etc, son en autobús. En los vehículos nos proporcionaban siempre todo el agua que queríamos y toallitas refrescantes. Hay que tener en cuenta que, sobre todo en Vietnam, la humedad es por momentos asfixiante.
Una vez abandonamos Vietnam y viajamos hasta Camboya, dejamos al grupo con el que habíamos compartido más de una semana. Allí nos recibió otro guía, pero a diferencia que en Vietnam, solo iba con nosotros dos. El chófer que le acompañaba también era privado, por lo que la experiencia fue algo más personalizada. De hecho, nos enteramos mejor de las explicaciones y tenía como punto positivo que nos dejaba nuestro tiempo también para estar solos en las comidas. Lo decimos porque conocemos casos en los que los guías iban con la pareja todo el día y solo se separaban de él cuando iban a dormir. Demasiado agobio.
En Tailandia simplemente tuvimos incluidos los traslados del aeropuerto al hotel y viceversa, aunque en los mismos también nos acompañó una chica que sabía español (aunque no siempre es así).

Más cosas…Con el viaje organizado, casi todos los desayunos y comidas vienen incluidos. La calidad, eso sí, no es nada del otro mundo y los menús son bastante parecidos, lo que acaba por cansar. Abusan demasiado por ejemplo del arroz. Ya sabemos que es muy típico, pero una vez en Madrid no volvimos a probar arroz en un mes. Las bebidas, eso sí, no vienen incluidas y no son baratas. Mirad la carta siempre por si acaso.
Tenéis que tener en cuenta que aunque la mayoría de días está incluido el régimen de desayuno y comida o solo desayuno (en Phuket), allí las comidas son muy económicas. Se puede comer y cenar perfectamente de lujo por 8 euros al cambio, buscando bien.
Desde la agencia, obviamente, nos sacaron todos los billetes de avión y dejaron todo listo. Únicamente tuvimos que pasarles nuestro DNI, el pasaporte y un par de fotos. Lo que no nos tramitan es el permiso para estar en cada país, que se hace allí mismo en los aeropuertos junto al pasaporte. Para Vietnam, el permiso de estancia es gratuito (menos de 15 días) y en Camboya se tramita y paga a la llegada (30 dólares). En Tailandia es gratuito si estamos menos de 30 días. Hay que llevar fotos tamaño carné de sobra por si acaso. Y que el pasaporte tenga un periodo de vigencia superior a los seis meses, claro está.

Para evitar problemas, siempre recomendamos añadir un seguro de viaje por si las moscas. Siempre es bueno cuando se está en un país lejos de casa. A nosotros en concreto nos costó 50 euros por persona y cubría asistencia médica de hasta 10.000 euros y anulación por valor de 3.000. Lo hicimos directamente a través de la agencia.
¿Cuanto nos costó el viaje? ¿Cómo pagamos?
Al final, que es en lo que estaréis interesados, el viaje nos salió, por 5025 euros, poco más de 2.500 por persona. Si lo hacéis vosotros por vuestra cuenta obviamente vais a ahorrar dinero, pero aquí entramos en el tema de la comodidad, etc que os comentamos anteriormente y en el hecho de que queríamos tenerlo todo bajo control al ser nuestra luna de miel.
Lo bueno es que la agencia tiene también garantía de precio mínimo. Si encontramos un viaje igual o más barato nos lo igualan. Y además la comunicación fue muy buena, por teléfono y por email.
La diferencia de precio del mismo viaje en otras populares agencias era, literalmente, de casi 5.000 euros respecto a la más cara, una auténtica locura. Por eso, como os decimos siempre, comparad y comparad.
Os preguntaréis también en qué moneda pagamos durante el viaje. Pues bien, nosotros pagamos en euros en los tres países y también en dólares (llevamos unos cuantos para pagar el visado en Camboya y por si acaso), pero sobre todo en las monedas locales (dong en Vietnam, riel en Camboya y bahts en Tailandia). Pagábamos en la moneda que mejor nos venía y utilizábamos las casas de cambio en vez de los cajeros para cambiar parte de los euros que llevamos desde España, reservando los otros euros y los dólares para cosas determinadas como excursiones o el pago del visado en Camboya. Lo mejor es ir cambiando poco a poco y calcular bien para no venir con demasiado dinero local a España. Y si pagáis con euros en algún sitio estad ‘al loro’ para que os hagan un buen cambio. Llevar en el móvil un conversor de monedas siempre es útil.
Se puede pagar con tarjeta en muchos sitios y sacar dinero en los cajeros, pero, sinceramente, preferimos siempre contar con efectivo desde el principio. Reclamar a nuestro banco algún problema que hemos tenido en un país asiático suele ser luego un poco desesperante.

A la hora de las compras e incluso de contratar excursiones intentad regatear. En estos países, como en todos, juegan con la picaresca y muchas veces intentan ‘timarnos’, más si cabe en los mercadillos, así que más vale ir con ojo.
Aspectos ‘negativos’ a tener en cuenta (no demasiados)
Lo bueno del viaje organizado es que nos olvidamos de todo, incluidos los traslados de un lugar a otro que son lo más engorroso. Lo malo es que, obviamente, todo está más atado y solo podemos salir de lo establecido en nuestro tiempo libre (que es más del que esperábamos y nos sorprendió a bien). También hay que tener en cuenta que el hecho de ir en grupo retrasa bastante y todo está más encorsetado. Tenemos que estar a tal hora en determinado sitio, seguir al grupo, comer en determinados restaurantes…
Otro aspecto a tener en cuenta son los madrugones. Muchas veces nos levantábamos a las 5 de la mañana para ir a algún sitio, aunque también es cierto que a las 9 o 10 de la noche ya estábamos dormidos. Ir de un lado a otro junto con el calor cansa mucho. Es decir, dormir dormimos en condiciones.
También hay que tener en cuenta que al ser un viaje organizado no vamos a gozar del silencio y la tranquilidad que tendríamos yendo por libre con nuestra pareja. En este tipo de viajes hay de todo: otras parejas, familias, gente que va sola…Y los hay que hablan demasiado o que se pegan a nosotros, como en todo sitios. Hay que tener en cuenta que vamos a compartir con ellos no solo las excursiones, si no también algunas comidas e incluso baños en la piscina del hotel. De nosotros depende querer pasar más tiempo con ellos o no, según el plan que llevemos. Nosotros como pareja fuimos bastante sociables, pero preferíamos pasar el tiempo libre sin ellos al lado para desconectar. ¿Lo bueno? Que siempre vamos a tener alguien al lado para hacernos fotos en todos sitios.
Otro tema interesante son las propinas. El hecho de que todo esté pagado no quita que debamos dejar una propina de vez en cuando a los guías (aunque no es obligatorio). En eso creemos que conviene ser un poco solidario porque los sueldos allí no son demasiado altos y la calidad de vida tampoco. Nosotros tuvimos tres y a cada uno le dimos unos 15 euros al finalizar su trabajo. Aparte de a los guías (que están todo el día con nosotros) no viene mal dejar algo de dinero extra por ejemplo a aquellos que nos llevan en barca de un lado a otro y son amables con nosotros o a los conductores (con tres o cuatro euros al cambio muchos se ponen más que contentos). Al final también hay que calcular un poco para que la propina no se vaya de las manos y nos haga un agujero en el bolsillo. Todo dependerá también de nuestra economía.

En cuanto a recomendaciones generales y muy básicas, es bueno llevar crema solar, una gorra o dos, repelente antimosquitos…Lo típico. E hidratarnos mucho porque allí de verdad que se sufre el calor. Son obviedades, pero no viene mal recordarlas. Por cierto, nosotros no nos vacunamos de nada. Fue lo que nos recomendaron en el hospital (con cita previa para informarnos), en el que nos dijeron que los tres destinos eran seguros, aunque desconocemos si la situación ha cambiado.
En el viaje vimos muchas cosas, pero por si os ofrecen un tour, o lo hacéis por libre, hemos seleccionado algunas cosas que no os podéis perder y, por lo tanto, es imprescindible que estén en el itinerario de vuestro viaje.
Lo que hay que ver (lo imprescindible)
La primera cosa es ver en Hanoi el barrio antiguo (Hanoi Old Quarter) lleno de callejuelas típicas y descubrir a su vez el tráfico de la ciudad en la que cruzar entre tanta moto se nos acaba haciendo hasta normal, aunque al principio impacta. El truco es pasar entre los vehículos con decisión, sin dudar. No hay nada mejor que dar un paseo por la parte vieja en ciclo, en el que vamos sentados mientras un autóctono impulsa el vehículo a pedales. Sí, a nosotros también nos dio un poco de reparo subirnos, pero es su trabajo, lo hacen encantados y agradecen mucho una pequeña propina. También podemos y debemos verla a pie y empaparnos de la cultura vietnamita y ver, por ejemplo, la calle en la que el tren pasa pegado a las casas (atraviesa el barrio viejo a la altura de la calle Le Duan) en un lugar que el resto del tiempo es ocupado por los vecinos para comer, jugar con sus hijos o tender…El tren, por cierto, pasa dos veces al día, a las 3.30 y 7.30 de la tarde (en esta web viene muy bien explicado).
Por otro lado, también en Hanoi, la zona del lago junto a la casa de Ho Chi Minch y la Torre de la Tortuga, en medio del lago Hoan Kiem, son otros lugares muy a tener en cuenta.
Otro sitio imprescindible, ya fuera de Hanoi, es la Bahía de Halong. Pocas veces vamos a ver lugares tan impresionantes. Ver el amanecer y el atardecer desde la cubierta del barco, entre rocas, islas y un mar ‘infinito’, están entre las experiencias más alucinantes que hemos vivido nunca. Además, la leyenda de este lugar, del que ya te hablamos hace algún tiempo, hace que todo tenga más magia si cabe.

Otro de los destinos top que visitamos fue Hoi An. El puente cubierto de estilo japonés es alucinante (que podéis ver en una de las fotos más arriba), pero más lo es ver la ciudad por la noche. Sus luces, sus farolillos, su ambiente…Todo es genial. Además, al caer el sol, varias personas venden farolillos de papel que se echan al río con una vela encendida y formar parte de eso, aunque sea un poco ‘guiri’ tiene bastante gracia.
Con un poco de suerte, si la visita coincide con la luna llena (a nosotros no nos tocó), se apagan todas las luces de la ciudad y la gente enciende farolillos que lanza el río como ofrenda a Buda, creando una estampa de película.
Si pasáis más de un día a Hoi An, otro sitio bastante chulo es la playa de Cua Dai, a solo 5 kilómetros del centro. En el mismo hotel suele haber autobuses que van hacía la playa y si no podemos coger un taxi, que no es caro. La bici también es una opción.
Cerca de Hoi An está otro de los lugares imprescindible, las ruinas de My Son, antiguo centro religioso del reino Champa, una sofisticada civilización que dominó en la región desde el S. IV al S. XIII . El lugar es increíble, ubicado en pleno bosque, entre colinas y arroyos.
Y de ahí pasamos a Hue, en donde nos encontramos con la ciudad imperial, un enorme complejo del S. XIX y modelo de la ciudad prohibida de Pekín que no nos debemos perder.
La última ciudad que vimos en Vietnam fue Saigón (Ho Chi Minh). Querríamos decir que aquí hay mucho que ver, pero no es verdad. Saigón representa la parte más moderna de Vietnam, con grandes rascacielos y donde se respira un ambiente más occidental. Si nos gustó sin embargo la excursión que hicimos al delta del río Mekong, donde vimos un pueblo de pescadores y en el que vimos la vida cotidiana de sus habitantes.

Sin embargo, lo que más nos impactó de Saigón fue lo único que visitamos por nuestra cuenta en nuestra mañana libre; el museo de la guerra de Vietnam. Se trata de un lugar lleno de fotografías impactantes que muestran el horror de la guerra. Visita imprescindible, pero no para todos los públicos porque, de verdad, puede herir sensibilidades. También se exponen helicópteros, cazas, tanques y todo tipo de armamento…Entrar no llegaba ni a un euro al cambio.
Ya en Camboya, en Siem Reap, estaba claro lo que teníamos que ver y que fue para nosotros lo mejor del viaje; Angkor Thom o la ‘Gran Ciudad’. La zona incluye muchos de los mejores templos del reinado de Jayavarman VII, que reinó durante los años 1181 a 1220. Aparte del templo de Angkor Wat, que nos dejará con la boca abierta, también podemos ver, en la puerta sur de Angkor Thom, el imponente frente de piedra de 23 metros de Avalokiteshvara, que aparece en la película ‘Tomb Raider’. En el centro de la ciudadela encontramos el templo de Bayon, con cientos de rostros gigantescos y enigmáticos esculpidos en la piedra.
Al día siguiente hicimos una excursión en barco por el lago Tonle Sap para visitar las aldeas flotantes, pero la verdad es que tras ver los Templos de Angkor todo sabía a poco. ¿Nuestro consejo? Ver los templos durante dos días seguidos. Es imposible cansarse de ellos.

Y por último quedó Phuket, en el que disfrutamos del descanso, la comida y una impresionante playa para (casi) nosotros solos. Aparte de descansar, os recomendamos la excursión a la isla de James Bond, más que la de Phi Phi, y que incluye un increíble paseo en canoa por la bahía de Phang Nga. La excursión cuesta unos 50 euros al cambio y lo mejor es contratarlas en el hotel, sobre todo por la comodidad y confianza que ofrecen, ya que nos recogen allí mismo.
Por cierto, en la ciudad de Phuket no os perdéis nada. Se nos ocurrió ir una tarde y, la verdad, nos defraudó. Eso sí, con un poco de suerte quizás podáis comprar algo que os guste a buen precio (ya sea ropa, artesanía…), pero a esas alturas del viaje es probable que os hayáis encontrado con sitios mejores. ¿El mejor lugar para comprar? Para nosotros, coincidimos los dos, sin duda Hanoi. Hay de todo y a buen precio. De hecho, fue allí donde compramos dos preciosos cuadros que tenemos ahora colgados en casa.
La opción de elegir Phuket en vez de otros destinos de playa (Maldivas por ejemplo) evidentemente fue por el precio. Y la calidad/precio es impresionante. En el mes que fuimos, junio, es periodo de monzón, aunque no con demasiada incidencia respecto a otros meses, pero lo cierto es que tuvimos una increíble suerte con el tiempo. Solo chispeó un día y apenas duró unos minutos.
¿Sobra algo?
Y vamos a una de las últimas cosas. ¿Quitaríamos algo del viaje? Para nosotros fue increíble, un viaje que recordaremos siempre, también por el momento en el que lo hicimos nada más casarnos. Ahora bien, aparte de algunas cosas que ya os hemos dicho, si hubiésemos viajado por nuestra cuenta, hay determinadas cosas que quitaríamos, como por ejemplo el teatro de las marionetas de agua de Hanoi, que sinceramente nos pareció que dejaba bastante que desear y nos quitó un tiempo precioso (era una actividad incluida en el viaje).
Como ya hemos dicho, en Angkor hubiésemos estado más tiempo simplemente contemplando lo que es para nosotros uno de los lugares más alucinantes (si no el que más) que hemos visto nunca y hubiésemos ido a otras partes de Camboya. Es decir, que no es mala idea quitar algún día en Saigón, para sumarlo a Camboya (sobre todo si el viaje no es organizado) o incluso para ver Sa Pa (en Vietnam), lugar que esperamos conocer si volvemos algún día.
De hecho da la sensación de que quieren que veamos Saigón como un lugar que refleja el crecimiento del país (con grandes edificios y empresas occidentales) respecto a otros puntos y nos llevemos la idea de un país que está en pleno crecimiento a casa, pero…

Seguridad
En cuanto al tema de la seguridad, que nos preguntó hace poco una usuaria por Instagram, los tres son países, en general, en los que nos podemos mover sin problemas, pero siempre es bueno evitar zonas solitarias por la noche si salimos por nuestra cuenta, como en todos sitios. Por ejemplo en Siem Reap, en Camboya, puede impactar salir del hotel a cenar y no ver apenas una farola encendida, pero no suele haber problemas y el entorno es seguro.
Es conveniente, eso sí, tener bien controlado el dinero en efectivo que llevamos y el pasaporte, un gran objeto de deseo de los cacos. Por muy genial que sea vuestro alojamiento, jamás dejéis la documentación allí. Es mejor llevarla encima y no nos cansamos de decirlo. Y cuidado con los tirones de bolso. Si os roban, es probable que sea así, sobre todo en Hanoi y otras zonas turísticas. Si eso pasa, que esperamos que no, que sea la guía la que intermedie por vosotros en la comisaría. Si no tenéis guía es mejor que antes de nada llaméis al consulado o la embajada para que os aconsejen porque la policía de allí no es como la que nos podemos encontrar en los países de la UE.
Tampoco está de más leerse las recomendaciones del ministerio de Exteriores antes de visitar estos países, aunque (insistimos) son destinos muy seguros en los que lo normal es que no tengamos ningún tipo de problema.
Y aquí terminamos ¡Esperemos que esta pequeña guía os haya servido para vuestro futuro viaje!